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Eugenia Caruso
El miércoles de 27 abril del corriente año, se visitó la Feria del Libro. Allí se presenció una narración realizada por “Los cuentacuentos del Banco Ciudad” de la Biblioteca José Hernández. Se trataba de ocho adultos de diferentes edades que llevaron adelante ocho pequeñas narraciones.
El lugar en que se desarrolló la actividad estaba llamado “Patio Infantil”. Se trataba de una habitación armada en el Pabellón Azul de la Feria. El piso estaba completamente recubierto de alfombra favoreciendo a que los niños se sentaran y acostaran en él. Además se encontraba equipado con pequeñas sillas y bancos, y la decoración estaba realizada en colores alegres y llamativos.
En la zona que estaba dispuesta para utilización de los narradores, se podía observar un gran sillón en el centro al fondo, y en un costado ya se encontraban dispuestas dos señoras con títeres, que recibieron y saludaron a los chicos a medida que iban entrando. Esos mismos títeres oficiaron de presentadores de las distintas narraciones.
En primer lugar, una narradora llamada Silvia contó la historia “El pajarito remendado”. Se trataba de un pajarito muy orgulloso de su belleza, que un día fue desplumado y comido por un rey. El pajarito pudo escapar de la panza del rey, pero al no tener plumas no podía volar, y comenzó a buscar otros pajaritos que pudieran darle algunas para lograr volar. Es así, como un canario le regaló algunas de color amarillo, un loro algunas de color verde y un gorrión algunas grises y marrones. De esa manera el pajarito ya no fue hermoso, pero tampoco orgulloso.
Silvia utilizó como recursos para su narración la imitación de voces para personificar sus personajes, la utilización de ademanes y gestos. No se movió mucho en el espacio, pero entabló conversaciones con los chicos con preguntas del estilo de “¿y qué piensan que le pasó al pajarito?” o “¿de qué color son las plumas del canario?”.
A continuación, un narrador llamado Daniel, contó la historia de “Duendelín”, un pueblo en donde vivía una raza de pequeños duendes cuyas casas estaban hechas de golosinas. En Duendelín hacía mucho que no salía el sol, y las casas se disolvían con la lluvía; por eso el duende mayor reunió a los demás y los exhortó a buscar una solución, y fue así como todos los duendes salieron de la cueva en búsqueda del Sol. Finalmente, los duendes encontraron al Sol escondido en una cueva, atrapado por nubes; los duendes despejaron las nubes y lograron que el Sol vcolviera a brillar en Duendelín.
Daniel no utilizó los mismos recursos que el resto de los narradores. A diferencia de los otros se valió de un rotafolios lleno de imágenes que funcionaban de disparador para las distintas partes del cuento. En muchas oportunidades preguntó a los chicos qué era lo que veían en el dibujo para, a partir de ahí, seguir con la historia.
El siguiente narrador fue Alejo, con “Carrera Animal”. Se trataba de un cuento en el que los animales de la selva organizaban una carrera para definir cuál de ellos era el más rápido. Pero mientras la carrera se llevaba a cabo una gran tormenta azotó la selva. Todos los animales se ayudaron entre sí para salvarse y nunca supieron cuál de ellos era el más rápido.
Este narrador, desplegó de otra manera los recursos para narrar. Hizo hincapié en pequeños detalles o comentarios de los animales dándole un tinte gracioso a la historia y más participación a los chicos. Fue notorio cómo consiguió la atención de los chicos, y utilizó la repetición de una frase también con ese fin, para que se convirtiera en predecible y los chicos pudieran repetirla junto con él (la frase era “del medio de la selva”). Además utilizó gestos, ademanes, onomatopeyas y variaciones en la voz, diferentes a las que habían sido utilizadas previamente: no solamente cambió las tonalidades, sino la velocidad y el volumen para que estar acorde a la situación relatada.
A continuación, escuchamos a Beatriz. Beatriz contó la historia de una nena llamada Marina, que era muy curiosa y que quería saber cómo era la lluvia. Pero la mamá de Marina no la dejaba salir en los días de lluvia, y ella se imaginaba que era algo terrible. Un día la tía de Marina fue a visitarla, y para poder hacerle tortas fritas, le pidió que fuera a comprar al almacén; cuando Marina estaba en la calle se largó a llover y Marina no solamente pudo disfrutar del agua, sino que cuando llegó a su casa, su mamá salió a jugar bajo el chaparrón con ella.
En este relato, pude notar que la narradora hizo hincapié en la descripción de la situación y en especial de las sensaciones de la protagonista al jugar en la lluvia. Con ademanes, gestos y movimientos personificó los chapoteos y juegos, las sonrisas, el agua cayendo. Hizo muchas preguntas para incluir a los chicos y utilizó muchas comparaciones.
La siguiente narradora fue Gisella. Ella contó la historia de una señora llamada Cándida que compró un hormo antiguo que le gustaba mucho, y que una vez que lo tuvo instalado en su casa, se dispuso a preparar una torta de chocolate. Pero cuando abrió el horno, de él salió una bruja que estaba allí atrapada desde hacía ciento cincuenta años. La bruja, que era la misma del cuento de Hansel y Gretel, comenzó a quejarse entonces de otras brujas de cuentos, y desmintió la historia que se cuenta de ella, diciendo que no era una bruja mala, y que eran en realidad los chicos los que la habían tratado mal a ella, tratando de comerse sus muebles y su casa, y queriendo robarse una receta para su papá. Lo interesante de la historia fue que al final, al llegar los nietos de cándida a su casa, se notó por los gestos de Gisella que lo que había contado la bruja era una mentira, y que en realidad quería comerse a los chicos.
Esta narradora fue sumamente expresiva. Su gestualidad cumplió un papel fundamental en el relato de la historia y en la comprensión del sentido de lo que sucedía. Para ponerse en el lugar de los personajes se movía y se enfrentaba al lugar en el que había estado ubicada antes, no solamente cambiando su ubicación espacial, sino también su postura corporal y su tono de voz.
Al finalizar Gisella, una narradora llamada Rosa continuó con la actividad. Contó la historia de un cocinero llamado Bernardo en cuya cocina había un ratoncito llamado Simón. Bernardo se puso a preparar una torta de limón y Simón empezó a sentirse tentado por el perfume y por los ingredientes hasta que, de la emoción, se desmayó y con el golpe hizo tanto ruido que Bernardo lo vio. Primero se enojó al encontrar un ratón en su cocina, pero al final se pusieron a charlar, se hicieron amigos y tomaron juntos el té.
Rosa también desplegó muchos recursos a la hora de narrar. Fue muy detallista, por ejemplo, en la preparación de la torta, haciendo los mismos ademanes y movimientos que hubiera hecho si realmente hubiese estado cocinando. Preguntó a los chicos que ingredientes les gustaban para poner en la torta, utilizó el espacio en su totalidad moviéndose continuamente, se puso en los lugares de los personajes imitando sus voces. Fue notorio que Rosa no quizo usar micrófono para su narración. Podríamos suponer que esto responde a la posibilidad de tener mayor posibilidad de movimiento de sus manos y brazos.
La siguiente narradora fue Mabel (una de las titiriteras). En su cuento una bruja encantaba a los animales de un bosque para comerlos, pero luego de que un hada le diera una poción con la que la hace buena, terminó devolviendo los animales a sus hogares. Lo interesante de esta narración fue la personificación que Mabel hizo de la bruja, poniéndose un sombrero, hablando con un tono de voz agudo, gesticulando y moviéndose como podría hacerlo el personaje. Un recurso que les gustó mucho a los chicos, fue el de preguntarles qué cosas les pondrían a las pociones que preparaba, mientras revolvía imaginariamente el brevaje. En un momento de la historia en el que la bruja se quedaba dormida, se sentó en un sillón y comenzó a imitar un ronquido.
Al finalizar la narración, Mabel cantó un rap con los chicos. La canción era guiada por el títere que ella manejaba y los chicos repetían las palabras y aplaudían generando la rímica de aquello que se cantaba.
La última narradora fue Celia, que contó la historia del mago Quedramán, que trabajaba en un circo y a quien se le había roto su varita mágica y cada vez que decía la palabra mágica “protomedicato” aparecían cosas diferentes a las que él pedía. Fue así como Quedramán se fue a visitar al varitero, que tampoco pudo arreglarla sino que empeoró más la situación, hasta que finalmente Quedramán decidió probar algo nuevo y decir una fórmula mágica para que la varita se arreglase sola. Pero en lugar de arreglarse como el mago esperaba, un humo muy grande invadió el lugar, y cuando se disipó, Quedramán y el varitero se encontraban en el desierto, y un hombre con turbante rojo seguido de quinientos hombres de blanco lo guiaron hasta un bosque en el que había un gran árbol. De él sacaron un rama que se convirtió en varita y se la dieron a Quedramán. En ese momento volvió a aparecer el humo y se encontraron nuevamente en casa del varitero. El mago regresó al circo y realizó una función grandiosa con su varita que ahora era inigualable. Solamente cometía dos errores: cuando le pedían pan francés, aparecía pan árabe y si le pedían una camilla, aparecía un camello.
En este relato se observó la utilización de muchos juegos de paabras y la modificación de la manera de hablar. Fue notorio como la narradora intentó generar un clima misterioso para conservar la atención de los chicos.
En mi opinión, algunos narradores pudieron utilizar mejor que otros sus recursos, pero todos lograron mantener el clima de silencio y atención entre chicos y grandes. No se trataba de historias complejas con argumentos complicados, sino que se ponía el énfasis en la manera de transmitirlas y en la expresividad. Todos los narradores buscaron la participación de los chicos y dieron importancia a sus comentarios incorporándolos a los relatos. Algunos de ellos utilizaron accesorios divertidos o llamativos (como una gorra de colores, o el gorro de bruja), pero no se puso el hincapié en estos accesorios sino en los ademanes, la gestualidad, el uso de la voz.
Luego de haber participado de esta actividad considero que la narración puede ser una herramieta importante tanto en su uso recreativo (como fue en este caso) como para la práctica docente.
RELEVAMIENTO DE LIBROS
DE LITERATURA INFANTIL
Hemos observado en la Feria del Libro 2011, la presencia de gran cantidad de stands de literatura infantil. Visitamos muchos de ellos, recabando información de los libros que se ofrecen, cómo están organizados, en qué colecciones, etc. Elegimos dos editoriales a las que nos referiremos a continuación, para la realización de este trabajo.
Esta editorial presenta su línea de literatura infantil bajo el sello Alfaguara. Según su presentación “la actividad de la línea infantil y juvenil está basada en dos premisas fundamentales: la calidad literaria de sus publicaciones y el servicio a sus usuarios, ambos fundamentados en el principio universal de que la creación de buenos lectores es indispensable para la formación integral del individuo, tanto académica como personal.”
Esta editorial ofrece gran variedad de libros de literatura infantil, que se encuentran divididos en series según la edad de los chicos a los que cada libro está destinado. Incluye títulos de grandes autores, reconocidos a nivel mundial y obras de relevancia tanto nacional como internacional en el mundo de la literatura infantil. Podemos diferenciar las siguientes series, en el rango de la escuela primaria:
También encontramos otras series en base a otros criterios (diferentes de la edad) como por ejemplo la serie AlfaWalsh, que agrupa diversos libros de la autora María Elena Walsh; la serie Altea, con chistes, adivinanzas, libros basados en series animadas televisivas, colmos, trabalenguas, etc.; especiales Álbum, con historias de autores reconocidos como José Saramago, Julio Cortázar o Mario Vargas Llosa; Todo Natacha, una serie de libros con un personaje principal (Natacha) en común, y sus diferentes aventuras.
En lo que se refiere a textos para el aula, Santillana ofrece gran cantidad de opciones. Para el primer ciclo, presenta las líneas1:
Para el segundo ciclo:
EDITORIAL NORMA
Esta editorial, también cuenta con grtan cantidad de libros en lo que se refiere a literatura infantil, con autores nuevos y autores reconocidos. Posee una colección de libros pensada especialmente para el trabajo de la literatura en el ámbito escolar, llamada Torre de Papel, que a su vez se divide según sus destinatarios en los siguientes grupos:
También cuenta con otras series; en el rango de edad del Nivel Primario, podemos destacar las siguientes:
Cuenta además con la colección Catalejo, destinada a maestros, investigadores, bibliotecarios etc., que abordan temas de literatura infantil y juvenil y de promoción de la lectura.
En relación con los textos escolares, podemos nombrar los siguientes:
Elegí la descripción de estas editoriales, porque fueron las que más me gustaron entre las visitadas. Considero que la propuesta de Santillana (Alfaguara) es la más completa, sobre todo en lo que se refiere a literatura infantil, brindando la posibilidad de trabajo con textos de autores reconocidos y de acercar a los chicos al mundo de la lectura. De todas maneras, considero que la colecciones de ambas editoriales están muy bien organizadas y presentan posibilidad de trabajos muy ricos y de proyectos de lectura con los alumnos, para favorecer a la comprensión lectora y a la promoción de la lectura desde una edad muy temprana.
1Solamente haremos referencia a los textos específicos del área de Lengua, o a aquellos que tienen las áreas integradas.