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Carolina María Paula Martinez Casal

Taller de Narración

Título del cuento: “La ovejita negra”.

Autor: Elizabeth Shaw (Irlanda, 1920-1993).

Editorial: Fondo de Cultura Económica.

Colección: A la orilla del viento.

Edad destinataria: desde 3 años.

Argumento:

La oveja negra era parte de un rebaño constituido por ovejas blancas, siendo ella la única diferente. Pese a ser la favorita del pastor, el perro Polo (quien cuidaba a las ovejas, las guiaba, y hasta “pensaba por ellas”) opinaba que debía ser vendida para tener un rebaño homogéneo, y porque esta oveja no obedecía, era distraída, y pensaba por sí sola (lo que enfurecía a Polo). Una tarde de mucha nieve, cuando el rebaño se encontraba solo, la oveja negra guió a las demás a un refugio, mientras el pastor y Polo se quedaron en la cabaña, preocupados por el destino de sus ovejas;      al día siguiente, cuando ellos dos las buscaron, solo pudieron distinguir a la oveja negra (ya que las otras se confundían con la nieve), y así encontraron al resto. Finalmente, el pastor agradece a su preciada oveja, y trae más ovejas negras al rebaño.

Voz del narrador: usaba un tono alto para el relato en general, variándolo según el sentimiento que quería transmitir (usaba un tono más apagado al contar cómo Polo trataba a la oveja o cuando el rebaño se encontraba solo y perdido, un tono bastante alto cuando el pastor y Polo estaban en la cabaña preocupados, un tono suave cuando el pastor hablaba de su oveja predilecta, etc.). El ritmo también variaba según el momento narrado, aunque era bastante rápido, lo que hacía que los chicos debieran prestar más atención. Con respecto a la modulación, ésta no era tan marcada, pero de todos modos se entendía todo lo que decía.

Recursos utilizados: realizaba muchos gestos con la cara, para marcar sorpresa, tristeza, desconcierto, enfado, alegría, serenidad, etc.; también los gestos los hacía de acuerdo al personaje que estaba interpretando. También realizaba muchos ademanes (más que en los otros cuentos) con una mano, ya que en la otra sostenía el micrófono (el libro no lo tenía), imitando con la mano algunas acciones que los personajes hacían, la forma del camino que recorrían, y las direcciones a las que se dirigían. Miraba al público en general de un lado a otro, o a veces se enfocaba en cada niño en alguna parte de la historia. No solo cambiaba de voz de acuerdo a los personajes, haciendo una voz aguda al hablar la oveja, una voz grave cuando hablaba Polo, y una voz suave con el pastor, sino que también usaba la onomatopeya “¡GUAU!” cuando iba a hablar el perro, y hacía el sonido de oveja en la mitad de la frase cuando éstas hablaban (por Ej.: “qué hacEEEEEEEmos”), y ponía énfasis en la mención del personaje que iba a hablar. También usaba otras onomatopeyas o ruidos con la boca, para los sonidos de rayos, de golpes, gritos, y de nieve. Al comenzar el cuento pronunció la fórmula de inicio “había una vez”, y al finalizar, concluyó con la fórmula de cierre “y colorín colorado, el cuentito de la ovejita negra se ha acabado”.

Incorporación de los chicos a la narración: no los hizo participar durante la narración, pero antes de iniciarla interactuó con ellos, haciéndoles preguntas (¿cómo están?, ¿quién le tiene miedo a algo?, ¿a qué le tienen miedo?), charlando con ellos, haciéndoles chistes, y mostrándoles diferentes aplausos que podían hacer al finalizar cada cuento: aplauso de codos, de orejas, de ojos, de pelo, de rodillas, etc. Los chicos respondían muy atentos a lo que la narradora les decía, aunque algo tímidos al principio, pero al finalizar cada cuento, aplaudía cada uno de la forma que más le gustaba.

Recepción de los chicos: durante la narración, la actitud de los chicos (de entre 4 y 7 años) era de atención, observación, bastante silenciosos aunque algo dispersos, aunque al final mostraban caras de concentración y asombro.

Aunque el tema principal del relato era algo complejo para que entendieran los chicos a los que se dirigía (no hacer diferencias, respeto al otro, el pensar por uno mismo), la forma en que era narrado y las palabras que se usaban hacían de este cuento, una forma divertida para que los chicos puedan tomar valores inconcientemente, o mismo para que pudieran divertirse, y engancharse con el cuento. Así mismo, los chicos tenían una buena predisposición, lo que ayudó a la narración, y les hizo disfrutar del momento. También ayudó al buen clima, los diferentes recursos que usaba la narradora, sobre todo los ademanes y los cambios de voces de acuerdo a los personajes, que era lo que más atraía a los chicos; se notaba la experiencia de la narradora, ya que sabía cómo atraer la atención de los chicos, cómo enfocarlos en lo que ella contaba, y le resultaba fácil dejar de lado las interrupciones, y llevar la narración a cabo.

De todos modos, había recursos que hubieran podido ser más productivos; al contrario de este relato, en los otros utilizó el libro mientras narraba, mostrando y señalando los dibujos, por lo que los chicos se concentraron más que en el relato de “La ovejita negra”; además, el rápido ritmo y la modulación no tan marcada, hacían que a los chicos les resultara difícil seguir la historia (a pesar de que todo se entendía, y de que los chicos lo intentaban).

Otro punto a destacar es la posición de la narradora: estaba sentada en un sillón grande y rojo, que se encontraba cerca del suelo, y solo se movía de lugar al mirar de un lado a otro; esto traía el inconveniente de ser muy monótono para los chicos de esa edad, muy “estático”, pero a su vez favorecía la concentración en un mismo lugar y la cercanía a la autora.

A los chicos les gustó lo que entendieron del cuento (lo que se notaba por el énfasis en aplaudir cada uno de la manera que había elegido).

Muestrario

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Esta editorial tiene dos colecciones infantiles: “A la Orilla del Viento” (colección base, con cuentos para niños de diferentes edades), y “Los Primerísimos” (colección de “clásicos” de la editorial, para chicos de jardín de infantes, con colores llamativos y brillosos).

La colección “A la Orilla del Viento”, es la que posee mayor cantidad de libros, no solo para edades diferentes, sino también muy variados entre sí; en todos los libros se observan muchos dibujos grandes y llamativos, a veces algo “fuertes” o hasta a veces “agresivos”, muy caricaturizados mientras que los colores son más pasteles y opacos, y dependen mucho del contexto de los niños lectores, ya que la mayoría transmiten diferentes valores. Se nota la diferencia entre las distintas edades a las que están destinadas, ya que a mayor edad, el libro es de mayor tamaño, los dibujos son más pequeños y concisos, la letra también disminuye de tamaño, y transmiten mayor información, o contenidos más profundos; esta diferencia en las edades se explicita en cada cuento, diferenciándose 6 tipos diferentes a través de colores: “Para los más pequeños”, “Para los que están aprendiendo a leer”, “Para los que empiezan a leer”, “Para los que leen bien”, “Para grandes lectores” y “Boletines de literatura para niños y jóvenes”. 

Algunos de los cuentos, sobre todo aquellos recomendados a las edades más tempranas de la primaria, muestran la animalización de las personas, al relatar la vida de diversos animales como la vida cotidiana de un niño (hablan, van a la escuela, se preocupan, reflexionan, comen, tienen amigos, etc.); esto se puede ver en los cuentos: “Olivia” (son diferentes cuentos que tratan las historias de una cerdita en navidad, dentro de una banda, etc.), “Cosita Linda” (que se trata de la amistad entre una gorila y una gatita), y “Perro de Mar Williams y el norte congelado” (que habla de las aventuras de un perro y sus amigos). Una serie de cuentos, llamada “Especiales de Ciencia”, está destinada al segundo ciclo del nivel primario, y contiene información sobre diferentes áreas, plasmada en los libros a través de textos y números acompañados por pequeños y graciosos dibujos, y comentarios humorísticos; esto produce un aprendizaje más entretenido, por tener la información explicitada de una forma más llamativa a la habitual. 

Algunos cuentos destacados, de edades diversas, son los siguientes: “Cosas que pasan” de Isol, que es el primer libro y el principal de la colección; también muestra colores pasteles y opacos, y está destinado al primer ciclo de primaria. Trata de una chica que tiene muchos deseos, pero solo debe elegir uno para que el genio se lo conceda; se basa en el tema de la disconformidad. 

“Corazón de tinta” de Cornelia Funke, es un libro recomendado al segundo ciclo de primaria, y tiene colores más opacos y oscuros, y no posee tantos dibujos. Trata de la aventura de unos chicos, llena de misterios y suspenso.

Otros libros para el primer ciclo de primaria: “Cómo cuidar un ángel”, “El Niño Triclinio y la Bella Dorotea”, “Marte y las Princesas Voladoras”, y “Travesuritis Aguda”.

Otros libros para el segundo ciclo de primaria: “Sangre de Tinta”, “El Jinete del Dragón”, “Poderosa”, y “El Libro Salvaje”.

Editorial Norma

Esta editorial se divide en dos grupos de colecciones infantiles: Colecciones para Preescolar: Libros para  niños que no leen (compuesta por las colecciones “Buenas Noches”, “Serie Franklin” y “Serie Elmer”); y Colecciones para Primaria: libros para los que ya leen (compuesta por las colecciones “Torre de Papel” y “Sol y Luna”).

La colección Torre de Papel se clasifica en cuatro niveles:    Torre Naranja, para primeros lectores (con letra grande y dibujos de colores); Torre Roja, a partir de 7 años (letra grande también, pero menor que la anterior, y con algunos dibujos, con tonos blanco, negro y gris); Torre Azul, a partir de 9 años (menos dibujos que la colección anterior, con los mismos colores, y letra aún mas pequeña); y Torre Amarilla, para chicos a partir de 11 años (casi carente de dibujos, con abundante texto, cuya letra es muy pequeña).

Según la edad de los lectores, esta colección aumenta el espacio donde se encuentra el texto, disminuye los dibujos (tamaño y cantidad) y los colores, realiza dibujos cada vez más reales en la tapa, con el contorno menos marcado, menor cantidad de colores y más opacos, disminuye el tamaño de las letras del texto, y aumenta la cantidad de páginas. Los para todas las “Torres” son más bien fríos, aunque brillosos y pasteles; y en las primeras dos torres, a pesar de ser fríos son llamativos y atractivos, con caricaturas en sus tapas.

El primer nivel, la Torre Naranja, tiene colores bastante llamativos, pero pasteles, por lo que los hace atractivos a la vista; este nivel muestra algunos libros con “animalización de las personas”, ya que cuentan historias de animales que piensan, hablan, y luchan por sus ideales: “Pájaro de Nueve Colores” de Gustavo Roldán (que trata de una discusión entre los animales acerca de la imaginación), “Pimienta en la Cabecita” de Ana María Machado (trata de un chisme que los animales se van pasando entre sí: que el mundo se va a acabar), y “La Tortuga sabia y el Mono Entrometido”, también de Ana María Machado (cuenta acerca de una pelea de los animales para ver cuál de ellos es el más listo). De todos modos, la mayoría de loslibros de esta torre transmiten grandes valores y enseñanzas, como humor, amistad, colaboración, convivencia, ingenio y solidaridad. Otros relatos de este nivel: “Ah, pajarita si yo pudiera”, “El microscopio de Nicolás”, “Un buen coro”, y “Andrés y su nuevo amigo”.

La torre Roja en cambio, muestra en su tapa colores más fríos, aunque variados, brillosos y llamativos, y los dibujos que posee no son tan infantiles. Esta torre también muestra algunos cuentos con “personas animalizadas”, pero son menos: “Como si el Ruido Pudiera Molestar” de Gustavo Roldán (trata de un sapo que cuenta cuentos a otros animales), “John John, el Dragón de Lago Titicaca” de Hernán Garrida (cuenta acerca de unos animales que van a salvar a su amigo dragón), y “Bichos de Cuento” de María Inés Falconi (que son diferentes historias de bichos). A su vez transmite valores muy profundos, entre los cuales se destacan amistad, familia, fantasía, humor e ingenio. Otros cuentos destacados son: “En el Arca a las Ocho”, “Juanita y el conejo perdido”, y “La Familia López”.

El tercer nivel, de la Torre Azul, muestra colores algo más fríos y pequeños que el nivel anterior, pero aún pasteles y brillosos. 

Ya casi no hay libros de animales viviendo como personas en esta torre, sino que encontramos leyendas, cuentos de misterio, e historias con grandes enseñanzas: “Leyendas Argentinas” de Graciela Repún (cuenta mitos y leyendas de nuestro país), “Las Descabelladas de Julito Cabello” de Esteban Cabezas (trata de un niño que hace una travesura que causa problemas, y que debe arreglar), “El Misterio del Mayordomo” de Norma Huidobro (se trata de dos niños que quieren resolver un misterio); estos cuentos recalcan valores de familia, amistad, respeto, ingenio y libertad, entre otros.

El último nivel, la Torre Amarilla, tiene colores fríos en las tapas, menos dibujos, casi nada infantiles, con menos colores y más opacos. Compuesto de libros con leyendas, historias de amor, historias de terror, historias relacionadas con lo que los chicos de esa edad viven, y cuentos de ingenio, los valores y enseñanzas que este nivel remarcan, se basan en la amistad, la familia, el amor, la libertad, el ingenio y fantasía. Algunos libros de esta Torre son: “Cuentos de Miedo, de Amor y de Risa” de Graciela Cabal (cuenta mitos poco conocidos, familiares y urbanos), “Cuentos de Terror 1” de Robert Swindells (cuenta cinco historias de terror que ocurren en la casa de la abuela de Laura), y “El Diario del Viaje” de Graciela Sverdlick (se trata de un grupo de chicos de 7º que se van de viaje de egresados). 

La colección Sol y Luna presenta dos secciones: la sección sol (presenta la vida de grandes personajes de la historia, diferentes mitos y obras clásicas), y la sección luna (textos que se complementan con los anteriores, para entenderlos más). 

por María Auxiliadora