+
Olga B. Cacciamani Profesora de Música de Nivel Inicial*
En este espacio vamos a reflexionar sobre la importancia de la música en la vida de los niños y de los adultos.
Partimos del principio que el arte, y entre sus manifestaciones la música, contribuye a desarrollar aspectos del ser humano como individuo y como ser social.
¿Cuáles son entonces algunos de los objetivos que buscamos con los niños?
Comprender que el lenguaje expresivo es fundamental desde la propia experiencia y es posible a través del “quehacer musical”. En éste “quehacer” el niño participa como intérprete, productor y oyente.
Una vivencia llena de placer parte de esta posibilidad de producir sonidos a través de la voz, el cuerpo y los objetos o instrumentos musicales.
La música está directamente relacionada con la comunicación consigo mismo y con el otro, con transmitir emociones y alegrías, con compartir con los demás y estar más sensible a todo lo que nos rodea.
Cuando los docentes enseñamos canciones, este canto ayuda a formar niños con autoestima, con confianza; pues es algo que “sale de adentro”, y mediante el cual se pone en evidencia frente a los demás. El expresarse a través del canto afirma al niño en el propio yo en relación con los demás.
La experiencia de estar todos los días compartiendo con los niños la actividad musical me permite apreciar y comprobar cómo la canción se disfruta en todos sus aspectos. Movilizamos nuestros sentimientos con una determinada melodía, nuestra imaginación se agudiza e insólitas historias se nos ocurren, y nuestro cuerpo entra en movimiento con diversos ritmos.
Este derecho de cantar que se nos entrega cuando somos niños, no debe desaparecer porque crecimos y nos convertimos en adultos serios y responsables, por el contrario debe permanecer intacto y el placer de cantar ser una actividad más en nuestras vidas – ¿no les parece?